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NUESTROS RINCONES

entrevista

KOCOGRAPA

La diferencia entre manualidad y artesanía

 

   Serendipia: Imagina que tienes ante ti a un pamplonés ajeno al mundo del arte. ¿Cómo le explicarías qué es Kocograpa?

 

Araitz: Kocograpa ofrece servicios profesionales a gente que quiera disponer de alguien creativo.

 

   S: Parece un negocio considerable. ¿Trabajas sola?

 

A: Sí, trabajo sola y para empresas. En una época sí trabajé con mi hermana, pero por lo general lo he sacado adelante sola.

 

   S: Hemos visto que, de alguna manera, también trabajas con individuales, a los que ofreces cursos, talleres, oportunidades… ¿Cómo lidias el trabajo con empresas con los servicios a particulares? Imagino que serán campos muy distintos.

 

A: Sí, pero los trabajos con particulares son puntuales y a “cuentagotas”, mientras que con las empresas tengo proyectos más regulares.

 

   S: ¿Y cómo son esos proyectos?

 

A: El último trabajo que hice para una empresa de restauración, por ejemplo, fue unos acabados pictóricos. Recientemente, colaboré con una editorial para la que hice ilustraciones en libros de texto. Se trata de ir acomodándose a los proyectos que salgan mediante las técnicas artísticas y gráficas. La idea de Kocograpa es explotar lo gráfico.

 

   S: Y, volviendo a los cursos y talleres que impartes, ¿dirías que el diseñador gráfico, o el diseñador, está hoy en día huérfano de locales en los que pueda dar rienda suelta a sus creaciones?

 

A: Si te refieres a comercios, realmente no los hay, pero hay mucha gente con talleres propios o locales acondicionados para trabajar. Así que, en principio, no creo que esté huérfano. Hay que entender que no todo el mundo está de cara al público.

 

   S: ¿Y abrirse un hueco en ese mercado es fácil?

 

A: No. Ahora mismo, el sector de la cultura está bastante complicado. Sin ir más lejos, no hay una red de gente que esté comprando arte, sino que se fomentan otros tipos de ocio.

 

   S: ¿Dirías entonces que el artista trabaja más por encargo que por iniciativa propia?

 

A: No, yo trabajo por encargo, pero hay quien lo hace por iniciativa propia. Son maneras muy distintas de trabajar. El que crea arte por iniciativa, debe tener algún tipo de seguridad que le permita esperar a poder vender su obra.

 

   S: Así que, para evitar la incertidumbre, el mercado empuja al artista a trabajar por encargo…

 

A: Sí. El tema está en la situación económica que estamos viviendo. La cultura está considerada un sector de ocio que no es prioritario y, al no ser un sector de necesidad, es uno de los primeros que cae.

 

   S: ¿Y es un error que se la considere un sector de ocio?

 

A: Cada uno sabe las prioridades que hay… En ese aspecto tampoco podría decirte si es o no un error: que cada cual valore.

 

   S: ¿Pero crees que representa una necesidad más allá del ocio?

 

A: Sí, porque conoces casos de todo tipo. Hay gente que viene a los talleres muy ansiosa y se relaja con el arte. A veces se enfoca en un nivel de terapia personal, como un espacio de distensión.

 

   S: ¿Qué tipo de gente acude a los talleres de Kocograpa?

 

A: Personas de edades comprendidas entre 30 y 55 años con inquietudes artísticas. Antiguos estudiantes de bellas artes, gente con estudios y creativa.

 

   S: En las redes sociales, se ha visto que se ha puesto un poco de moda la creación de manualidades, algo que desde el siglo XIX había estado algo en el olvido. ¿Estamos en una nueva edad dorada de la creación manual?

 

A: No creo que eso se haya perdido, sino que ha habido un cambio en la percepción. Lo artesano genera nostalgia. Aunque también tiene que ver con el carácter terapéutico de ir a una clase de arte.

 

   S: En ocasiones se confunde «manualidad» con «artesanía». ¿En qué se diferencian?

 

A: La artesanía es un oficio, mientras que la manualidad se suele reducir a un pasatiempo o hobbie. En las manualidades, la capacidad técnica de quien las crea no necesariamente ha de ser buena. En el nivel comercial, lo tiene más fácil la artesanía, porque en ella el público se interesa no sólo por la pieza, sino también por el tiempo invertido, la técnica y la idea. Por el contrario, en la manualidad estrictamente se paga el coste del producto.

 

   S: La manualidad, incluso, es a veces la repetición de un patrón…

 

A: Sí, aunque artesanía en cierto modo también, si bien implica otra técnica y una elaboración más profesional.

 

   S: Entonces, lo que contribuiría al Arte con mayúsculas sería más la artesanía que la manualidad.

 

A: Sí, por eso la artesanía sería un arte aplicado.

 

   S: Hay una nueva corriente que se está poniendo un poco de moda y que trata de encontrar nuevas formas de expresión artística en los objetos cotidianos ¿es posible?

 

A: Sí, pues es la base de la sociedad de consumo: hay que ir reinventando los productos. En estos casos, sí que hay ciertas marcas que quieren dar una vuelta de tuerca al concepto de hace 50 años para que salga otra vez al mercado.

 

   S: ¿El arte está pues abriendo las fronteras artísticas?

 

A: Bueno, eso ya lo está. Ese tipo de arte con objetos cotidianos se trata habitualmente de merchandasing, que es la vía más rápida de financiación de la que disponen muchas empresas. Son objetos relativamente asequibles que se compran más. Los cuadros, en cambio, son más contemplativos y proporcionan un placer visual.

 

   S: ¿Cómo se compatibiliza el mundo de lo artístico con la imprescindible presencia en la red?

 

A: En el tiempo libre, hay que invertir horas en la red. Yo ahora hago divulgación de técnicas y, por supuesto, de los talleres.

 

   S: Y en cuanto a tu trabajo en Kocograpa, ¿cómo es tu día a día?

 

A: Por lo general, trabajo desde casa, aunque en ocasiones hay que desplazarse. Generalmente trabajo por las mañanas, pues durante las tardes es cuando se dan actividades extraescolares.

 

   S: ¿Tienes intención de reabrir el local?

 

A: Cuando ahorre dinero, a lo mejor. Primero he de valorar y de pensarlo mucho. De momento, no. Ahora mismo, con la red de contactos que he hecho, tengo sitios a los que ir y con los que contratar proyectos. El local daba más disponibilidad para el trato con el cliente personal. Se puede hacer más asesoramiento, mientras ahora tengo que ceñirme al mail, o a las citas… Mi local ahora es Chundarata, pues imparto muchos talleres allí. Si alguien quiere algún encargo, esa sería una vía de contacto.

 

   S: ¿Cómo te planteas el futuro del mercado del arte?

 

A: No sé qué decirte, porque cada día es una aventura nueva. De repente no tienes nada y, al día siguiente, cinco encargos de golpe. Estamos siempre a la expectativa. Antes, quizá, la incertidumbre no era tan constante. Pero ahora, con las dificultades económicas, sí. Yo no puedo quejarme, voy hacia adelante, pero, sin ir más lejos, no sé qué va a pasar el año próximo Y estamos a nada de que empiece 2017, debería tener un calendario de encargos. Al final, esta situación es comprensible. Todos queremos trabajar, y además de lo nuestro. Pero, por supuesto, eso no significa que no se pueda vivir de lo que ha estudiado. Aún hay oportunidades.

 

 

 

   Nos despedimos de ella. Ha sido una charla agradable y sincera. La sensación es agridulce. Nos ha confirmado que dedicarse al arte conlleva, hoy en día, a una incertidumbre que no todos desean asumir. Pero, contra lo que algunos quieren hacer creer, ha desmentido que sea una locura intentarlo. Terminaba la entrevista subrayando que aún hay oportunidades. Habrá que creerlo si proviene de la artífice de una de esas oportunidades convertida en éxito: Kocograpa.

-> Entrevista
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